jueves, 9 de mayo de 2013

Lección 3. La resolución de los Conflictos




La resolución de conflictos una técnica, ensayada por profesionales experimentados que representan a las partes en disputa a cualquier nivel (individual-interestatal) que ofrecen una vía alternativa para cada parte que desde su punto de vista puede favorecer la resolución del conflicto en todas sus facetas y dominios.

Nuestro gran don es también nuestra gran vergüenza y autodestrucción: la violencia. Pero si de particularidades se trata, pues debemos anotar también, que el ser humano es un animal agresivo genérico que, no obstante, tiene la mayor, más compleja y elaborada forma de comunicarse: puede hablar. Tan violento como cualquier animal, el ser humano puede evitar serlo canalizando esa fuerza a través de las palabras; que no nos extrañe que los más maravillosos versos compuestos en nombre de la paz, hayan surgido de la capacidad destructiva de un extraordinario poeta: Willian Shakespeare escribió inspirados versos que seguirán inquietando a los seres humanos de todos los tiempos que lean su obra y la razón no debe ser buscada más allá de su fiel y profundo conocimiento de las miserias y maravillas del alma humana; de la capacidad del ser humano para crear, sí, pero también para destruir; de la fuerza con la que el ser humano puede amar, sí, pero también odiar hasta desgarrar su propio corazón. En las palabras de Shakespeare y de muchos otros genios está objetivada la frustración de un ser humano siempre imperfecto.

Como si efectivamente hubiésemos sido creados por un ser sabio pero terriblemente burlón, en nosotros reside el veneno y la cura; podemos crear una guerra fratricida, pero también podemos hablar; podemos violentar a los seres más indefensos: mujeres y niños, pero también podemos hablar; podemos destruir ciudades y pueblos enteros con una explosión atómica, pero también podemos hablar; si la violencia, el maltrato y la guerra nos causan tanto dolor ¿Por qué no hablar? ¿O es que debemos aceptar un instinto humano hacia la auto-destrucción, un principio que esté “más allá del placer”?

La resolución de los conflictos por medio del diálogo busca impedir recurrir a actos de violencia que sometan al otro. Sin embargo, la realidad en el común de los casos, es que esas palabras solo aparecen cuando alguna de las dos partes ha sido ya sometida o diezmada por el uso de la fuerza; lo que se negocia es, pues, la rendición del otro para poner fin a la presión militar. El uso de la violencia se hace incontenible cuando una de las partes tiene el poder bélico suficiente para reducir al otro: ¿Por qué negociar si puedo imponer mi voluntad? Es por eso que los países con mayor poder militar son quienes con más facilidad se involucran en conflictos alrededor del mundo.

hombres y mujeres civilizados ¡que lo demuestre entonces y no apoye esas proyecciones de nuestros oscuros orígenes! ¡que no apruebe con satisfacción libidinosa el uso de la fuerza para someter al otro a nuestro orgulloso despliegue de poder! el reto, en fin, es para todos aquellos que creen que los miles de años que tiene la especie humana han sido, como creyó Hegel o Marx, el de un ininterrumpido progreso hacia algo mejor.

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